“Mis hijos no aceptan a mi pareja” - ¿te suena?
Este es uno de los problemas más habituales a los que se enfrentan los papás y mamás divorciados. Cuando los niños son pequeños, es posible que no entiendan los motivos del divorcio. Y dependiendo de cómo haya sido el divorcio y la edad del menor, a veces suelen ver en la nueva pareja a un/a rival que impide que sus padres vuelvan a estar juntos, o a una persona que va a robarles el cariño y el tiempo que ahora pasan con su progenitor. En cualquier caso, de entrada, esa persona es un completo desconocid@, un intruso en su conocida familia. Y eso altera su zona de confort.
Ante esta nueva situación, pueden aparecer: rabietas, aumento del apego, desapego, irritabilidad, pesadillas, enuresis (si el niñ@ es pequeño), celos, llamadas de atención, etc.
¿Qué puedo hacer?
- Lo primero de todo, tener paciencia. Tú estás preparad@ para esa nueva pareja, tu peque quizás no. Y eso no significa que nunca lo vaya a estar, sino que necesita más tiempo.
- Dialoga con tu peque explicándole que esa persona no trata de sustituir a nadie. Responde a todas sus dudas con sinceridad y adaptando las explicaciones a su edad.
- No le hagas posicionarse. Tu ex sigue siendo su p(m)adre. Hablar mal del otro sólo le hará sufrir y no hará que acepte antes a tu nueva pareja.
- Intenta ver qué hay detrás de su comportamiento. Las rabietas o las llamadas de atención tratan de decirte algo. Escúchale sin reproches y sin juicios.
- Haz que los encuentros con tu nueva pareja se den poco a poco y espaciando dichos encuentros. Piensa planes que le gusten a tu peque.
- No te precipites. Que un día se lo pase bien con tu nueva pareja no quiere decir que acepte totalmente la nueva situación. Forzar o acelerar los encuentros puede provocar una regresión así, que respeta sus tempos.
- Y, por último, ponle sentido del humor. No lo vivas como algo personal y trata de encontrar un punto medio que se adapte a tu peque.
